Hola, soy Ivan Nogués y voy a hablaros de COMO PREPARARNOS PARA EL OTOÑO
La energía del otoño es descendiente. La naturaleza está en
una fase de contracción, recogimiento y enfriamiento. Lo vemos reflejado en los
días de lluvia, la pérdida de hojas de los árboles, la emigración de algunas
aves y la disminución de horas de luz. Si hemos aprovechado la oportunidad de
transición del verano tardío nuestro cuerpo tendrá más calor corporal y estará
protegido. Entrará al otoño con el centro y la estabilidad necesaria para hacer
frente a los días lluviosos y frescos.
Estos cambios externos nos afectan física y psíquicamente.
La naturaleza nos invita al recogimiento y a la interiorización. Si hemos hecho
una correcta transición veremos que seguimos teniendo energía, aunque orientada
de forma distinta, no tan expansiva. En cambio si no hemos escuchado a nuestro
cuerpo ni le hemos dado los alimentos y cuidados necesarios para armonizarlo,
es posible que los cambios nos cojan desprevenidos. Nos desequilibren tanto a
nivel físico con resfriados y molestias respiratorias y alergia. En el aspecto
psíquico con melancolía, tristeza, apatía o estados depresivos. Nos cuesta
movernos y nos aferramos a los hábitos aún a sabiendas de que nos perjudican.
Necesitamos remineralizar, reforzar y contraer-calentar
ligeramente el cuerpo (la época expansiva está llegando a su fin). Reponer las
reservas de grasas y minerales que hemos perdido en los meses de calor y así
preparar al organismo para que pueda afrontar el invierno.
Al verano tardío ya empezamos
a reducir el consumo de frutas crudas y ensaladas y a introducir alimentos más
consistentes y cocinados. En el otoño seguimos concentrando: predominan los
platos más calientes aunque sin olvidar algún toque fresco para conservar la
polaridad y no irnos a un extremo. Estos cambios nos aportarán nutrientes y
minerales calentando y contrayendo suavemente nuestro organismo de forma que
llegue al invierno reforzado.
La clave está de nuevo en la auto-observación. Si nos
sentimos débiles y con frío y propensión a resfriados y molestias
respiratorias, si padecemos trastornos intestinales es señal de que no estamos
haciendo bien la transición del calor al frío. Tendremos que revisar nuestra
alimentación y hábitos para detectar por donde se nos escapa la energía. Luego
hacer los cambios necesarios para solucionar las molestias. Quizás estamos
tomando helados, zumos y bebidas frías. Puede que demasiada comida fría y
ensaladas. Puede que simplemente comamos de forma desordenada y caótica. Sin un
propósito claro con lo que nuestro cuerpo se dispersa y desaprovecha su energía
vital.